Mirada al Mundo

Informaciones, opinión, el mundo paso a paso. Visto desde fuera engaña, desde dentro ves tu mundo. Y así puedes comentar.

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Lugar: Leganés, Madrid, Spain

Informático jubilado, mayor, leer todo, escribir, gozar con el mundo, gozar con la vida, vivir

02 diciembre 2006

EL MUNDO ¿SE MUEVE?


Hola viejo


La Tierra se mueve, si, pero y el mundo, diríamos que también, pero en realidad, no avanza,sigue en sus trece de mantener, a unos en la riqueza y a otros, no en la pobreza, sino en la más extrema y degradante de las penurias.

¿Que esto no es nuevo? Ya lo sabemos, pero lo que sí es nuevo, es la declaración de ciertos gobernantes, que nos hablan de cosas como, el avance social de los pueblos, de la democracia, que solucionará todos los problemas.

Pero los pueblos hundidos en la miseria por el abandono en los mejores casos, o la
roliferación de gobiernos que aprovechan en su beneficio, hasta los recursos enviados por otros países para ayudar a las victimas de esa injusticia social, en la mayoría de ellos, eso no solo no es democracia, sino que tampoco es humanidad.

Pero ¿Cómo condenamos a países que estando apoyados por los grandes del mundo, abusan, incluso masacrando a otros pueblos, cuya culpa está en sus dirigentes, en su ambición política, en su desmesurado afán de poder?

Hay un dicho castellano, que dice “Lo ha hecho el hijo del alcalde, pues bien hecho está, lo ha hecho el hijo del herrero, lo pueden matar”, en este mundo que decimos que se mueve, pero que no es cierto, esta inmóvil aun como en los albores de la tierra, hay muchos “hijos del alcalde”, y correspondientemente también muchos “hijos del herrero”.

Los grandes del mundo actual, demuestran un corporativismo, que lejos de sorprendernos, nos abruma por su monumentalidad, no solo miran a otro lado para no ver lo que hacen sus protegidos, sino los justifican descaradamente, pero ¿Porqué? ¿No será para desviar la vista de sus propias debilidades, o crímenes, y que el resto del mundo vea solo lo que ellos pretenden hacer que ocultan, con el descaro típico de los exhibicionistas?

Quizá sea esta, una mala justificación, pero lo que sí es cierto que, países con un nivel de vida elevado en lo material, disfrutan de un nivel moral, que envidiarían los magnates de la corrupción de la Edad Media, hoy se hacen los sordos ante destrucciones masivas, siempre sobre gentes cuyo nivel de vida ya es de por si deleznable.

La Tierra es gran bola que nos sustenta, se mueve, si, pero su movimiento es físico,
inmutable, ahora bien, creímos siempre que tiempos futuros, tratarían de corregir las
grandes, las monstruosas injusticias que se prodigan en ese mundo, anclado en el egoísmo y la ceguera, que pretende ignorar, lo que le rodea, aun a costa de minimalizar lo que les es casi familiar, por lo cercano.

Lo que sí es evidente, es que la Tierra se mueve, pero el mundo sigue anclado en sus errores, y solo ha cambiado el nombre de sus tiranos.

27 noviembre 2006

AMOR MAYOR



El mes pasado fue el día de los Enamorados, San Valentin; es una fiesta comercial, de acuerdo, fue montada para incrementar el consumismo, que es el vicio actual de nuestra sociedad, es la fiesta de la publicidad masiva, nos incitan a comprar, por cumplir un evento social forzado, nos quieren recordar que estamos enamorados.
¿Qué calidad de amor sentimos si nos lo tienen que recordar una vez al año? ¡Que poco!
Es así que cuanto más importante es el regalo, más amor tenemos, si nos olvidamos de la conmemoración, ya no sentimos amor, ¡No!
El amor es diario y diaria su demostración, salta barreras, y su salto no tiene nada que ver con la juventud, ni con la lozanía del cuerpo, ni con la cultura.
Nos enternecen esas parejitas jóvenes que van andando por la calle y de pronto se paran, se miran, se abrazan y se besan con un ardor inefable, ¡Qué bonito! La vida nos tiñe el alma de rosa con estas escenas, nos parece que el sol brilla para todos, para los que sienten dentro de si el amor, y para los que contemplamos lo que fuimos, y vemos lo que ahora somos.
Vemos lo que ahora somos ¡No! Porque en lo más hondo de nuestra alma está escondido ese sentimiento que tuvimos cuando las canas no ondeaban en nuestro pelo, tenemos que sacar a primer plano ese tesoro escondido, que inundaba de júbilo nuestras vidas jóvenes.
¿Qué ya no somos jóvenes? No importa, soplemos esas ascuas y que la llama ilumine nuestra vida de nuevo, no somos viejos, solo los convencionalismos nos han hecho tener la sensación de que eso, para nosotros, está fuera de tiempo.
¿Sentir amor no es para los viejos? Nos entusiasma ver una pareja de ancianos con las manos llenas de arrugas de tiempo, cogidas con amor; o simplemente tomados del brazo para ayudarse y compartir el frio de su piel, o separados, cada uno con su bastón, pero juntos sus corazones.
Hay muchas parejas de mayores que no van así, llevan caras serias, frías, rígidas, no sienten el amor, porque cuando eran jóvenes, se equivocaron, no encontraron su ideal, o por desidia lo dejaron morir con el hastío.
Las costumbres se han relajado mucho, dicen otros, no es cierto, lo que ha tendido a mermar es la hipocresía, aquello que hace años era mal visto, manifestar abiertamente nuestros sentimientos, hoy es normal, dos ancianos que siguen sintiendo la ternura, hoy van de la mano, van diciéndonos que para ellos sigue siendo ayer; se van a bailar, y ves en sus ojos el ardor que tuvieron y que ahora han recuperado.
Una parte de la sociedad ve mal esos bailes de mayores ¿Por qué? Porque aun tienen ilusión, porque la vida les proporciona ahora, lo que antes cuando tenían que atender a varios hijos, no tuvieron tiempo de disfrutar, ¿Qué hay mayores que se pasan? También es cierto, pero pensemos que en su vida joven, en un clima de represión e intolerancia, apenas pudieron disfrutar de los inocentes placeres.
¡Un adelante para los que aun tienen tiempo de gozar la vida.


La vida es corta, como un amanecer,
y larga cuando el mal
macera nuestra vida,
es breve en el placer
y dura en perecer,
¡Que la espera sea leve!
¡Saquemos del amor
de aquel antiguo amor,
las últimas esencias!


EL AMOR PONE BRILLO EN LOS OJOS CANSADOS Y LUZ EN EL CORAZON, Y VUELVE DE NUEVO A LA VIDA

COMPRAR UN LIBRO




Está claro que lo primero que debemos hacer para leer un libro es comprarlo, también lo podemos pedir prestado, pero perdemos el gozo de comprar, comprar es una forma de gozar, y pedir es bajar a aprovecharse de una elección que puede ser buena o mala, y siempre habremos perdido el placer de ver muchos libros, hojearlos, y comprobar que el libro en su forma externa nos gusta.

El libro tiene un contenido maravilloso, pero además está compuesto de una forma determinada, tiene un papel, más fino o más grueso, una tipografía, que lo caracteriza, una encuadernación sencilla o lujosa, en fin un tipo de libro, y según ese tipo, así serán nuestras preferencias.

Un buen libro, y cuando decimos “un buen libro”, sabemos que su autor nos va, que el tema es interesante, bien encuadernado, es decir con una fachada que nos encanta, entonces tenemos una obra de arte, algo que además de leer, podemos acariciar, podemos admirar, podemos estar orgullosos de ser los dueños de una maravilla.

Aún el libro más barato, si es bueno, merece nuestro respeto y el trato más cuidado, y no se os ocurra doblar un pico de una hoja como señalador del punto de lectura, porque eso es como si para llamarnos la atención sobre alguna cosa alguien nos doblase un dedo, es horrible.

Un libro lo podemos comprar en base a habernos informado previamente, eso está bien si la referencia es fiable, a mí me gusta más ir a lo que salga, es decir ir a comprar “un libro”, revolver las estanterías, hablar con el dependiente, preguntarle su opinión sobre un ejemplar que he visto, o si no ir a La Cuesta de Moyano, y hablar con los dueños, generalmente son buenos lectores y alguno, tiene su librería en casa para su uso y disfrute personal.

Hay algo que, aunque no está al alcance de todas las fortunas, pero es una maravilla, es comprar libros raros, ediciones especiales, o incluso libros con anotaciones del autor; todo esto forma parte de un mundillo interesante.

Comprar un libro con anotaciones marginales del autor es muy caro, pero puede ser muy curioso ver que tiene que decir el autor de su propia obra.

Y no hablemos de ediciones originales, únicas, numeradas, y si pasamos a los libros muy antiguos, auténticos incunables, entonces a la labor de leer podemos echarle un interesante trabajo de investigación.

De todas formas si nos prestan un libro, debemos devolverle en el mismo estado que nos lo prestaron, solo así contribuiremos a que otra vez se repita el gesto.

Es en definitiva, comprar un libro, algo que aumenta el acerbo cultural, que nos enriquece, y que nos permite reunir una colección de obras, con la que estaremos disfrutando, y tendremos a mano siempre un amigo que nos complacerá, pidiéndonos solamente a cambio, un poquito de cuidado y cariño.

BIOGRAFIA


Así como la historia es el devenir de la humanidad en conjunto, hay otra faceta, la referida a los hechos de una sola persona, que ha de ser alguien importante en cualquiera de los aspectos de su vida o su obra.

Cuando el autor escribe sobre su vida la llamamos “autobiografía”, es decir alguien se decide a contar su vida, bien por vanidad o por cualquiera otra razón; esto se justifica cuando la vida de este personaje, es interesante por la cantidad y variación de acontecimientos, que se suceden a lo largo de una vida plena de aventuras, o bien haber vivido en una época particularmente significativa.

Tenemos autobiografías de viajeros, que nos narran sus conquistas y sus vivencias, sus conquistas son a veces la propia consecución de llegar a sitios en los cuales la presencia del hombre ha sido mínima o nula, y sus vivencias pueden ser de muy variados tipos, según el objeto de los viajes, o la pasión de los viajeros.

La biografía es la historia individualizada de una persona, famosa, generalmente está hecha por un escritor, bien porque conocía perfectamente al personaje o por documentarse sobre su vida, esto cuando ya ha muerto, pero también existe la biografía de una persona viva, pero que no le resulta fácil escribir, en cuyo caso se encarga a un profesional de la pluma, para que previas abundantes consultas, llegue a conocer perfectamente al protagonista de la historia, no olvidemos que la biografía no es sino parte de una historia.

El conocer la vida y los hechos de un personaje por supuesto famoso, no por su empeño, sino por los resultados de su vida y su trabajo, puede ser apasionante si la historia está bien hilvanada y contada con el estilo preciso de un buen profesional, pues no obstante ser preeminente, hay facetas de la vida de la gente que difícilmente sale a la luz pública, sino fuera por el trabajo importante de estas personas que dedican su vida a contar la de los demás.

El biógrafo es un incansable viajero, que cayado en mano va peregrinando por la vida de su personaje, va recorriendo las trochas en que se convierte la vida de las personas, a veces esa trocha nos lleva por insospechados paisajes, que no solo nos producen alegría, sino que a veces un poco desde la tristeza que el autor nos muestra es un medio de explorar, los sentimientos propios, reflejados en las páginas del libro.

La vida de la gente es una continua sorpresa dado que nunca sabes como va a resultar, en el libro, tal o cual pasaje que estas ensayando reflejar, a veces de la más profunda alegría sale un hecho importante que nos puede inspirar tristeza, y eso no es malo, la tristeza limpia el alma del exceso de azúcar de los acontecimientos alegres

La biografía es un pretexto para pasar la hoja de la vida de una persona, que admiramos u odiamos, es igual, lo importante es enriquecer nuestra vida, aunque sea mirándonos en el espejo de otro .

EL VUELO


El vuelo

Sorprendido por un viento racheado, el libro en blanco remontó el vuelo y se elevó por los aires al encuentro de una bandada de aves migratorias, que en aquel momento pasaban por el cielo calmado de la tarde.

A caballo sobre una ráfaga, nuestro libro probó los primeros olores del cielo y del bosque y se asombró de la riqueza de matices que impregnaban el aire, sus hojas se fueron empapando de las sensaciones y su pequeña alma de libro grabó los primeros párrafos de su entorno impreso.

La tarde se tornó en noche y dio paso a los primeros vientos de estrellas, que surcaban el cielo azul oscuro en busca de los fantasmas que se escondían en lo alto de las montañas, y el libro escribió sus primeras páginas con los senderos de estrellas, coloreados con azules, rojos, rosados, violetas y verdes.

A través de los montes de ingentes alturas, de los desfiladeros, el libro se impregnó de los aromas fuertes del fuego, y de las rachas gélidas de los heleros en las montañas seculares que llenaron la eterna noche con sus fragancias, se estaba escribiendo un libro en lo más recóndito de las montañas y en lo más salvaje de la noche solada de estrellas.

La noche fue cambiada, y la luz tibia del amanecer encendió el horizonte, y el libro, con sus hojas temblorosas por el rocío de la mañana, descendió a los arroyos, y sin mojar sus hojas, respiró el aroma húmedo de las primeras luces.

Puso en sus hojas blancas los rumores del agua y las luces prendidas en las ramas verdes de la floresta, cómodo en la umbría del bosque, descansó el seno placentero de las hojas de pino exploradas por los primeros animalillos, apenas perceptibles por su tamaño y su silencio, pero existían y su pequeña parcela de vida se grabó en las hojas,

El sol asomó su orgullosa cabellera y las hojas de nuestro libro se atiesaron con su calor, voló él la luz radiante, y los campos de trigo le enseñaron su mar, y se extasió en sus olas color amarillo, y su aroma y su multitud, marcó un capítulo en sus hojas que se volvieron doradas, notó el humo de los pucheros que alimentaron sus hambres de vivir, notó el rumor umbroso de los arroyos y el verde sabroso de las huertas.

Probó la quietud de las siestas de los hombres, el calor zumbante de chicharras, y el respirar hondo de las bocas cansadas, y el sudor sin olor de los labriegos, que en su rudo laborar quemaban hasta la última gota de sus tejidos, cansados de soñar en las cosechas.

Y en el lento regreso a sus lares, con el polvo del camino y las lentas cantinelas, pensando en la lejana casa y las sabanas frescas, con olor a lavanda salvaje, y las lentas cenas con olor a sueño, sin otro palpitar que pensar en mañana, sin otro clamar que la espera de mejores tiempos.

Y un día al cabo de los tiempos alguien encontró el libro, entre las pajas del suelo y los sueños de los labradores.

EXPERIENCIA


A lo largo de una vida, y sobre todo cuando esta es larga, se produce una acumulación de datos en alguna parte de nuestro cerebro que hace que nuestra visión del mundo y de sus movimientos sea especialmente interesante.

Una zona de nuestro cerebro se encarga de acumular datos, datos de acontecimientos ocurridos de hechos aparentemente sencillos pero que ocupan un lugar en ese enorme almacén, que sería completamente inútil, como un gran depósito, en el que se van acumulando las cosas sin orden y sin posibilidad de selección alguna.

Pero no, en nuestro cerebro, ese gran desconocido aun, del que se dice que solo aprovechamos una décima parte, hay más cosas, en el se almacenan los datos, pero se va creando una relación entre los sucesos, datos, acontecimientos, imágenes, sonidos que de una forma maravillosa van ligados unos a otros en cuanto que tienen la más mínima coincidencia entre si.

A este hecho se le denomina correlación de datos, y funciona de una manera maravillosa: en el momento que dirigimos nuestra atención a uno de estos datos, empieza a surgir un mecanismo, que hace que en pequeñas fracciones de tiempo, el cerebro siga el camino de esas correlaciones y nos vaya presentando una cadena, a su vez de datos con alguna relación, aunque sea remota entre sí, que a veces nos asombra porque puede parecer que en principio no veamos que tiene que ver alguno de esos datos con el tema que intentábamos tratar.

Ocurre con frecuencia y sobre todo a la gente mayor, que una palabra, nombre, expresión o idea se resiste a salir del almacén de datos de nuestra memoria, entonces el mejor modo de poder llegara a ella, es buscar algo, alguna idea, lugar donde se produjo, o expresión que creemos se relaciona con ella, y más o menos rápidamente, van apareciendo como entre jirones de niebla, imágenes, datos o semblanzas que muchas veces nos llevan al dato deseado.

Este procedimiento nos lleva a la idea expuesta de la unión de datos, otras veces es un problema diario, o simplemente un procedimiento de hacer algo, lo que nos induce a pensar en la posible solución por una vía distinta de la presentada.

A veces, un olor, un sabor, hace que aparezcan en nuestra mente, situaciones, muy concretas, sin nosotros haberlo previsto, ni deseado, igualmente ocurre cuando ante una cara desconocida vemos rasgos muy familiares en alguien de nuestro entorno, puede ser una actitud, o una posición lo que nos sugiere una determinada persona, todo de una manera involuntaria.

Esta acumulación de datos, se produce como es lógico, mayor cuanto mayores vamos siendo, y se ha dado en llamarla experiencia, bien, es una palabra que se acerca a nuestro concepto de acumulación de datos, que podemos llamar acumulación de experiencias.

De todas maneras, parece ser que esto es lo que interviene en la creación artística, pues esta no es más que dejar que nuestro subconsciente, con el cerebro consciente al mando, vaya recorriendo los caminos, que hacen que de este conjunto de experiencias mezcladas con un cierto genio den lugar a obras que de otra forma solo serían copias magníficas, si, pero copias al fin.

En definitiva que la experiencia, solo es un recorrer los viejos caminos en busca de esa salida que no conocíamos, y que responde a nuestro deseo de ver cosas nuevas.

FUERZA



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No guarda ninguna relación con la lectura, pero si con la edad, no la nuestra, sino, la edad, en general, y no he podido resistir la tentación de escribir sobre esta insólita experiencia.

No es más hábil el pulpo por tener muchos brazos, ni más santo el hombre por ser más bueno, solo es santo el que entrega su vida, sin morir.

Me vinieron a la cabeza recuerdos de un viaje a Benidorm, al leer un artículo de Rosa Montero, sobre un muchacho español, tetrapléjico que vivía solo en una aldea pequeña de Nepal, en una humilde casa, y que se estaba creando una nueva forma de vida.

A veces, un viaje de placer, por obra de un cierto tipo de personas, se torna en una experiencia única, y vemos que lo más desdichado en la vida es lo vulgar, no lo trágico, no la situación que se nos hace extrema e insólita, no el estado casi inmutable de unas personas, que al parecer han perdido todo lo que a los demás nos parece imprescindible.

Yo soy un privilegiado en la vida, es cierto, pero también me encuentro inmerso en un estilo de mundo en el que los que más corren, los más guapos, son los más listos, y eso me ataca.

Íbamos, en invierno, frecuentemente a un hotel de Benidorm, de tres estrellas, lo de las estrellas no es por presumir, solo es por dar idea del ambiente donde se desarrolla la historia.

Allí estábamos muy a gusto, pues era casi toda la gente de nuestro estilo, mayores, cómodos, y nos sentíamos relajados, por las noches bajábamos a la Discoteca del hotel, pasábamos un rato lo que nos apetecía , tomándonos una copa, ambiente agradable.

Un viaje, bajamos como de costumbre a la discoteca, y aquella noche y las siguientes todo fue distinto, había en las mesas y en la pista un grupo de gente joven muy especial, muy felices, con ganas de juerga, bailando y alborotando.

Solo, que al verlos, pensamos que nos habíamos equivocado de sitio, todos parapléjicos, en uno u otro grado, todos jóvenes, atendidos por otros jóvenes físicamente bien, y mentalmente fabulosos.

En principio, aquello nos sorprendió, después nos asustó, pues estaban en la pista bailando con un entusiasmo, que incluso ponía en peligro nuestras piernas, dado que todos iban en sillas de ruedas, y se movían a un ritmo frenético, al hilo de la música.

Aquel entusiasmo, alocado y sin prejuicios, natural, nos llevo a ver que aquella gente era muy especial, no solo por su estado, sino que por sus ganas de vivir, se merecían vivir, y lo hacían como si fueran atletas, con fuerza y ambición.

Había una chica de unos veintitantos años, paralizada de las caderas para abajo, que en su silla de ruedas, moviéndose rápidamente, bailaba por entre la gente, girando, parándose y moviéndose al ritmo de la música, y siguiendo el ritmo con las manos y la cintura, además era guapa, simpática, y se reía y gritaba con un alegría increíble.

También un muchacho de unos treinta años, con un nivel de paralización tal que necesitaba permanentemente la asistencia de una muchacha, pues no solo no se tenía de pié, sino que apenas se mantenía sentado en la silla de ruedas, tenía las manos inútiles, y la cabeza se le caía, retorcida su cara en una máscara extraña.

La chica que le atendía, le daba de comer, con su cuchara, la de élla, y además le sacaba de la silla de ruedas, y le mantenía en vilo, arrastrándole por la pista, tratando de animarle, el hombre apenas hablaba palabras entrecortadas.

Al cabo de unos días, nos dimos cuenta, de que, el valor de aquellos muchachos sin esperanza, y la entrega sin condiciones de los chicos que los atendían, hacían, que el mundo fuese humanidad, y que mientras existieran aquellos voluntarios, la vida sería algo que merecía ser vivida.

Fue una experiencia muy enriquecedora, aprendimos a ver a los que eran diferentes, como personas que tenían el valor de vivir, que solo unas personas excepcionales, podían seguir de pie, donde el resto estarían con la cabeza hundida en el cieno de la desesperanza.

Vivimos en ciudades, amontonados, pero tan juntos, que no nos vemos, tan pegados que no nos podemos hablar, y tan separados nuestros espíritus, que no existimos más que en lo profundo de nuestros egoístas espantos.

Algún día, volveremos a separarnos, volveremos a vivir, volveremos a pensar que al lado nuestro hay un ser humano, que ríe, sufre, ama o llora, pero no en soledad.

En soledad, que piensa en sí mismo, pero a través de su hermano, sin que este vinculo tenga que ser solo familiar, es su hermano, porque está vivo, porque sus vidas están entrelazadas por el amor.

Resulta más real un ser humano sin brazos ni piernas, pero con la utilidad de su alma, que un hombre aislado entre un millón de hombres.

No me gustan los pulpos con muchos brazos, sin alma, ni los santos vacíos.