LECTURAS

Un libro es una forma de entrenar la mente

Leo mucho, desde siempre, cuando era un crío de diez años, ya leía todo lo que me caía a mano, lo mismo Cervantes, que El Corán, que novelas de anticipación.

Leía con hambre, he sido siempre devorador de libros, quizá porque los problemas con mis piernas me han forzado a ser siempre un poco sedentario, lo que no podía recorrer a pie lo soñaba o lo leía.

De ahí mi afición a la lectura; en aquella época no tenía demasiado dinero para libros, y entre dos amigos más llegamos al acuerdo de que si comprábamos un libro cada uno, cada vez, teníamos la oportunidad de leer tres, y así los fines de semana, que teníamos efectivo, nos reuníamos para escoger de acuerdo lo que nos gustaba a todos.

Yo leía muy deprisa, solo con los ojos, y entonces acababa siempre el primero, lo que me obligaba a leerlo una segunda vez, mientras los otros acababan, eso me llevó a apreciar y tamizar mis lecturas y a comprobar que no solo era interesante saber el final de un libro sino que ese rumiar siempre las lecturas me daba un conocimiento más profundo, y un sabor especial para apreciar el encanto de lo conocido.

Hay autores que son fáciles de leer, los que desarrollan el contenido, porque para ellos el estilo o la profundidad tienen menos importancia, se inclinan más por el argumento, y hay libros verdaderamente interesantes, con argumentos llenos de acción, al ser el estilo más sencillo el discurrir de la trama es más ágil, ejemplos típicos de ello son los libros de aventuras, costumbristas.

También los hay que con argumentos interesantes, importantes, pero con un estilo profundo, van investigando hasta llegar a ser verdaderas obras de arte que nos llenan de ilusión por seguir leyendo, y satisfacen nuestro interés por las narraciones descriptivas perfectas que nos permiten ver la acción como si estuviéramos viviéndola,

Son libros críticos que nos enseñan el alma de los personajes o la vida que late en un paisaje pintado con los colores intensos de las palabras, son los que dejan una profunda huella, los que nos hacen recordar que una persona tiene alma y un paisaje vida.

Los otros nos distraen de los problemas que nos machacan en la vida diaria, y nos hacen soñar con los héroes y disfrutar con el movimiento y la acción extrema,

Pero siempre leer es una manera de vivir otras vidas, lo he dicho muchas veces, pero creo que siempre cuando alguien me dice que no ha leído un libro nunca, me da mucha pena, para mí es desperdiciar el tiempo, no importa que tengas otras aficiones, quizá más importantes, pero renovar la imaginación leyendo es creo imprescindible, el hombre está diseñado para salirse de vez en cuando, para cambiar, y leer no solo es un arte sino también una forma de saborear sensaciones nuevas, de educar tu alma, de prepararte para comprender mejor lo maravillosa que es vivir.

Leer es como sentarte en una nube, y ver el mundo a tus pies, es la fantasía de “El diablo cojuelo” llevada a una realidad distinta, es entender el alma de la gente sin molestar

ADOLESCENTES

Todos lo hemos sido y todos lo tememos

Adolescentes, todos los padres ante esta palabra, unen las manos, entornan los ojos, y se huele la solidaridad, se palpa el terror, y un sudor frío se apodera de todos.

Y... ¿Cual es la causa de esas actitudes? Solo una, la llegada de una edad tipo en nuestros chicos y chicas, de los doce o catorce años, hasta los dieciocho o diecinueve. Yo he pasado ya por cuatro de esos horrores, pero no soy psicólogo, y nadie me enseñó a manejar estas situaciones.

Según sea el sexo de nuestro retoño, así se manifestarán los síntomas, sin embargo hay algo común a los dos, no saben qué son, ni qué quieren ser, solo saben que no están de acuerdo con nada de lo que se les presente.

Primero como siempre las chicas, se exacerba su sensibilidad a todos los estímulos, pueden ser enormemente liberales y a la vez, de un pudor de monja clarisa, se enamoran a primera vista u odian hasta el nombre de un posible pretendiente, son capaces de verse espantosamente gordas pesando solo cuarenta kilos, o que su padre pasó de ser ideal, hace dos años a ser un monstruo de maldad porque les niega un “móvil”, y así podríamos llegar a pensar que o hemos creado un ser extraño que ya no es nuestra hija, o nosotros hemos cambiado a un ser supremamente odioso.

Un chico, pasa de ser un encanto de niño a los diez años, a un ser que aumenta su talla de una forma desatada, al mismo tiempo que se transforma en un tipo duro, durísimo, que menosprecia a sus hermanas, si las tiene, y considera a la humanidad como algo equivocado que apenas tiene derecho a existir, al cual hay, que como mínimo, ignorar.

En ambos casos, chicas y chicos, hay que ser héroes para educarlos, lo mismo en casa que los Institutos, pues ambos saben mucho más que sus padres o profesores, y son capaces de abandonar la casa o la clase, por una nimiedad, aunque siempre vuelven, sino arrepentidos, si con un poco de niebla en la conciencia.

Todos hemos sido adolescentes, pero creemos que no hemos cometido sus errores, es verdad, hemos cometido solo los nuestros