QUIERO ESCRIBIR
Pero tengo la cabeza llena de cosas.
Llena de... pensamientos malditos, dudas, autocompasión, estoy abajo, dudo del amor merecido, de la solidaridad obligada.
Mas estas dudas son de los matojos inútiles, que salen después de sembrar lo bueno, después de que mi realidad solo sea el reflejo desplazado de mi yo.
Esos pensamientos malditos aparecen en el lado oscuro de mi conciencia. ¿Al lado malo de mi cerebro? Quizá sea cierto que mi pasado no fue solo blanco de nubes.
Algún acto equivocado, torcido, marcó una traza en mi Libro de Vida, estoy seguro de que mi actuación errada, dejó un montón de ceniza que al pasar el viento posterior, se levantó y pasó a ensuciar mi horizonte. ¿Pero porque no lo recuerdo, porque no veo su sombra odiosa?
¿
Si, fue una vuelta en la Rueda pero la flecha se detuvo en el “Premio” y la suerte me tocó.
Y la solidaridad obligada, no existe, la solidaridad es el hecho obligado por el derecho de la bondad. Solo es si una mirada alrededor nos hace ver la ausencia de cariño, y dar felicidad
AL QUE LA NECESITA
AL QUE LA NECESITA