SENSACIÓN DIFUSA

Ya ha agotado etapas y se encuentra a un lado, en el marco del cuadro, y allí todo es impreciso, los colores son suaves, solo claros pasteles, los sonidos apenas susurros, hilos de viento, y las luces ojos de luciérnagas colgando en celajes.

 

No sabe que buscar, está en un limbo de ideas imprecisas, mira alrededor y solo ve fantasmas de bruma que apenas conoce. Sus amigos no están, solo presencias, que no le afectan aun, solo imágenes vagas de tonos imprecisos que no reconoce, un paisaje vacío, y un cielo blanco, con nubes que nada representan, un aspecto del mundo, sin presencia.

No está en su tiempo, pasó la barrera intangible de la edad, no es niño, tampoco adulto, no es hombre, y su calado mental no le corresponde, si mira atrás solo ve un mundo muy pequeño, de seres simples, sin pensamientos, sin deseos conscientes, solo un rastro de recuerdos apacibles, sin deseos consistentes ni ambiciones mentales profundas, solo pequeños caprichos, casi todos conseguidos.

Tampoco es un adulto, mira adelante y ve un mundo hostil, inadecuado, sus ideas son confusas, y ve que sus opiniones sobre ese mundo no se acercan a él, le acechan prohibiciones absurdas, la moral le es ajena, es la suya, más recortes sin sentido, les importa más lo que se ve que lo que se piensa, lo que se hace que la intención que les dirige.

Es una confusión entre las ideas de la Edad Media, aderezadas con un afán de corrección Ultramoderna, que no ofrece garantías de justicia ni de equidad.

Si el paso del tiempo no les afectara y no sedimentara sus ideas confusas, la vida sería difícil, casi imposible.

Todos hemos sido adolescentes, aderezados con el resultado previo de la educación en la niñez, y el amor que recibimos, que es grande.