VIRGEN DE LA OLIVA

Un hombre ya mayor, sentado al pie de su casa, con los ojos húmedos de ver pasar los años, y las manos temblonas de ver pasar las noches, y el frío del invierno, pensaba en los años viejos, y en los años mozos que dejaron huella en sus huesos flojos.

Le gustaba simular que andaba, le placía imaginar la fuerza de sus brazos, tensaba los músculos flácidos y solo comprobaba que el acero de su empeño estaba lejos, los poderes de sus brazos, solo fingían ardor.

Miraba a lo lejos y buscaba inútilmente las formas retorcidas del Olivo de la Virgen, que antes estaba en la primera loma, y ya se había ido lejos, ya mi vista falla, antes lo cuidaba Taquio, hasta hizo una ermita para la Virgen de La Oliva, que era una cabaña, pero era pobre, no sabía nada, y las dádivas que recibía con las que adornaba la Ermita por fuera, y mal comía, fueron menguando, los fieles querían ver a la Virgen, a la Señora.

Taquio era parco en mostrar laVirgen, se le había presentado en la oliva, estaba en una rama, era pequeñita, y la había tomado para adorarla él, al principio todo fue bien, las gentes del pueblo iban a verla y le llevaban cosas, rezaban y él dirigía aquellos actos religiosos, era importante, y cada vez acudía más gente a adorarla.

Le llevaban, cecina, embutidos, pan y... vino, en el pueblo se hablaba mucho de él y de La Señora, después vinieron los milagros que concedía, y las malas lenguas; se emborrachaba, y a veces no podía sacar la imagen, a pesar de que su altura alcanzaba solo dos palmos, y aquello le llevó al final y murió

Llevaron La Virgen a la Iglesia del pueblo, y con el tiempo la consagraron como Patrona, y la Virgen de la Oliva, sigue presidiendo el pueblo.

Y un hombre ya mayor, sentado al pie de su casa, con los ojos húmedos de ver pasar los años, y las manos temblonas de ver pasar las noches, y el frío del invierno, pensaba.