RUGEN LAS OLAS
Hoy en el Cantábrico suena el
mar, y las nubes encendidas de rayos, de locos huracanes, castigan los hombros
de la vida, y perforan las olas ya cansadas con el crepitar de sus dientes, que
solo esperan las rocas ansiosas, por dormir a sus pies, si supieran que el
miedo se adormece en las cuevas negras correrían tras el sueño y lo trocarían en suspiros de atardecer, sin huir de las
caricias, solo anhelando que los vientos escondidos en lo alto de los cielos sin fin se encierren en sus
conchas de plata.
El agua presta a castigar no sabemos que pecado, se lanzò en
tromba furiosa sin esperar a que la tierra recordase como enemigo el diluvio
que se apoderò de la vida y pudo continuar con su tiempo, fuè una victoria que
devolviò en cada caso la vida a unos pueblos con identidad y deseo de seguir formando parte de una
imagen peculiar, el Universo Grandioso, el que engloba mares, oceanos, y los oceanos rios.
Acaso alguna vez, cuando el peligro ruede y el terror nos envuelva, volveremos los ojos, miraremos al cielo a las nubes grandiosas y sus flecos nos inspirarán temores y yo volveré a escribir mi homenaje sincero con ribetes de cielo.
Acaso alguna vez, cuando el peligro ruede y el terror nos envuelva, volveremos los ojos, miraremos al cielo a las nubes grandiosas y sus flecos nos inspirarán temores y yo volveré a escribir mi homenaje sincero con ribetes de cielo.