VIEJOS ANCIANOS Y MAYORES

Tres palabras que tratan de expresar lo mismo pero que solo son parecidas, pues se refieren a personas que han pasado de los sesenta años.

No me gusta la palabra viejo, es muy peyorativa, yo la veo apropiada a designar cosas, no personas, por lo tanto no la admito, es fea, inapropiada, despectiva expresa algo que ya no vale, que es inútil, solo en el lenguaje de los anticuarios tiene sentido, y aun así es despreciativo, viejo, es lo que tiene menos de cien años, y antiguo lo que tiene más de cien, y por lo tanto más valorado.

En orden progresivo la siguiente palabra es mayor, mayor es la persona que ha pasado de los sesenta pero aun no ha llegado a los ochenta; hasta los sesenta las personas están en una edad que representa la plenitud de la vida, por lo general aun no tienen achaques importantes ni nietos, su movilidad es aceptable todavía, cuando llegan los nietos aun los manejan bien pues su forma física aun se lo permite.

A la persona mayor se la consulta, su opinión es válida, su consejo es eficaz, de hecho hay varios países que tienen organizaciones llamadas algo parecido a Consultores Señor, formadas por personas mayores, pero que han prestado ciertos servicios, durante su vida laboral, ingenieros, economistas, directivos y en general personas de una cierta experiencia en el ámbito profesional.

A estos Consultores Senior se les requiere para asesorar a empresas que o bien empiezan o emprenden nuevos proyectos; esto al parecer a dado buenos resultados, tanto para las empresas como para las personas que si bien son mayores estan en perfectas condiciones para desarrollar estas actividades.

Ser mayor no es ser necesariamente inútil, solo, en la mayoría de los casos, han llegado a una edad en la que pueden aun realizar labores importantes, sin desaprovechar ese remanente de experiencia que les posibilita para llevar una vida útil, para ellos y para la sociedad.

De mayores, cuando la edad lo impone se pasa a ancianos, personas de más de ochenta años, que tienen por regla general la salud deteriorada, limitaciones en sus actividades y diversas carencias.

La situación de estas personas les lleva a una vida más sedentaria, con menos necesidades materiales pero también con más necesidad de cariño por parte de las personas de su entorno, esto supone una dedicación por parte de los hijos que dada la constitución de la sociedad actual es muy complicado, los hijos y sus mujeres trabajan generalmente todo el día, por lo que tienen que dejar a sus hijos en manos o al cuidado de personas extrañas, entonces, como se van a ocupar de los padres ancianos.

Aquí aparece el fantasma de la Residencia para ancianos, en teoría la solución, sino ideal, al menos si práctica para los matrimonios jóvenes con padres ancianos, pero... esta solución pasa por una reticencia de los ancianos a abandonar su hogar, por otra parte un hogar en el que lo que les queda es “una soledad a dos”, en el mejor de los casos.

Entonces ¿Qué es una Residencia para los ancianos, como solución? En principio y para la mayoría de los casos, una solución, la única, aunque no la mejor, pero si embargo podemos pensar que le falta el cariño de la familia, pero no será menos cierto que el cariño familiar, en muchísimos casos, tampoco se da, cuando la convivencia con un anciano se convierte en forzada resignación ante el hecho,

Por tanto de todo lo que hemos visto, la Residencia como solución es lo único viable, y pienso que no es lo peor que nos puede suceder, cuando llegue la ocasión, teniendo en cuenta que no siempre se da el cariño familiar, pues el anciano se convierte en una carga difícilmente soportable, teniendo en cuenta que dificulta la movilidad familiar, reduce el espacio vital, y es una carga pesada para la convivencia.