LA MALA EDUCACIÓN

Es un mal síntoma, que a una determinada y fiable manera de actuar, se le den distintos nombres, según el cariz del individuo que habla, yo he conocido y actuado según lo que se denominaba “educación”.

Ahora esa palabra ya no tiene el significado que su nombre indicaba; (diccionario R.A.L.). 1. f. Acción y efecto de educar. 2. f. Crianza, enseñanza y doctrina que se dan a los niños y a los jóvenes. 3. f. Instrucción por medio de la acción docente. 4. f. Cortesía, urbanidad.

1 . - Efectivamente antes se daban unas normas mínimas, decíamos que estaba educado al que sabía los límites que la convivencia necesitaba para que uno no invadiera el espacio de los que le rodean, a esto ahora se llama Democracia, (actuar según los derechos propios y ajenos), antes eso era educación, sin más.

2. - Crianza, enseñanza y doctrina; amor y empeño de los padres en dar a los hijos y jóvenes lo necesario para ser personas; enseñarlos a ser elementos útiles a la sociedad y a sí mismos; y doctrina, no necesariamente Doctrina Católica, si Ética, convivencia, libertad, sensatez, bondad sin ñoñería, y servicio a la sociedad.

3. - Dar a los niños y jóvenes el convencimiento de que la enseñanza no es un enemigo, sino, más bien un amigo que nos ayuda a dar los pasos convenientes para el desarrollo de la mente y la integración a la sociedad.

4. - Cara que mostramos a nuestros semejantes, que les dice que normalmente, sentimos agrado al verlos, que el sol sale para todos, que hay personas que por su edad, sitio que ocupan en nuestro entorno, merecen una atención especial y una consideración, que en vez de humillarnos nos enaltece y establece que hay personas que con sus actos o su vida han alcanzado el respeto general.

Sin embargo la mala educación, ha engañado a nuestros hijos, les ha dicho que tienen derechos, casi sin límite, que la instrucción es enemiga de los que no quieren ataduras, que el respeto es un acto de cobardía que les rebaja, que el egoísmo es la norma lógica de vida, y no tienen más obligación que su deseo, ni más obligación que vivir.

Gracias a la Naturaleza, y gracias también al resto de la gente que no ha saboreado las mieles amargas de la mala educación, y conservan el gusto por hablar su lengua, sentir hacia sus mayores, respeto y cariño, y hacia sus menores amor sin límites.