Mirada al Mundo

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Lugar: Leganés, Madrid, Spain

Informático jubilado, mayor, leer todo, escribir, gozar con el mundo, gozar con la vida, vivir

28 noviembre 2008

UNA PLUMA




Estar solo es necesitar hablar con los demás, un hombre está solo ,si, aunque le rodee la humanidad, no encuentra un hueco para meter su palabra.

La soledad más terrible es la de los ancianos, que rodeados de su familia, no encuentran el eco de su necesidad, porque están muy al margen de la realidad de los más jóvenes, su necesidad no coincide con la de ellos, está desfasada, lo que para ellos es natural para el anciano es imprescindible.

Ser anciano es sentir la necesidad de ser necesario, parece que su enorme caudal de conocimientos por experiencia, no son útiles, nadie los requiere, y aducen en su defensa que los conocimientos del anciano en el mejor de los casos están desfasados, son de otra época.

Esto es cierto, quizá los procedimientos no estén en línea, ya está casi todo inventado, pero la filosofía del conocimiento no está desfasada nunca.

Hay veces que viendo hacer cualquier trabajo a los más jóvenes, me doy cuenta de que eso yo lo hacía de otra manera, y cuando se lo advierto, y a veces me atienden, se dan cuenta de que ese pequeño detalle, les permite realizar lo que intentaban mejor, más eficazmente.

Esta es la filosofía del conocimiento, quizá en los grandes desarrollos industriales tendría que caber la figura, que en algún país ya existe, del Consultor Señor.

Normalmente es un señor mayor, de determinada profesión, adecuada al entorno en que se ha de mover, y su misión es comprobar que en los procesos que se siguen, falta algo, que el por estar un poco alrededor del proyecto, le permite una perspectiva distinta, que su experiencia le sugiere, y que de alguna manera puede producir unos efectos en el trabajo que lo simplifican o lo hacen más eficaz.

Esto les lleva a crear organismos dirigidos por gente mayor que se encargan de proporcionar a las empresas el tipo de individuo mayor, que les puede ayudar a rentabilizar de algún modo los procedimientos de trabajo en curso, y además gratis.

Hace muchos años, yo era joven entonces, que vino a un taller de televisión que entonces tenía, un señor mayor, con buen aspecto, pero con una tristeza en los ojos que me llamó la atención, y quería pagarme porque le dejara trabajar, se aburría, no tenia nada en que pasar las interminables horas de su jubilación; estuvo trabajando, por supuesto gratis, hasta que su salud se deterioró.

Hay veces, que el “a mi me ocurrió algo parecido en una ocasión”, no es una de las inútiles “batallitas de los viejos”.

No es mas tonto el que es mas viejo, sino como decía el protagonista de una celebre película, solo es tonto el que hace tonterías, y no es una tontería el pretender ayudar, solo es una forma e solidaridad con la humanidad en general.


Es una pena perder “tontamente”, el enorme caudal de conocimientos de todos los viejos que cansados de no hacer nada se refugian en la abulia, cuando podían colaborar a enriquecer con su pequeña llama la necesidad de llenar su vida