VIVIR ATRÁS

MIRAR NUESTRA VIDA RETROSPECTIVA, NOS AYUDA A VIVIR LA ILUSIÓN.

El mundo es un camino muy ancho por el que va mucha gente, hay quien va delante, otros van detrás pero, todos tienen la mirada fija en una idea, vivir y llegar al final de sus dias.

Esa idea va tirando de ellos, unas veces los hace mirar la vida con esperanza, con avidez, pensando que su vida es clara, miran hacia delante.

Mirar adelante es bueno, la vida se orienta en sentido positivo, y nuestros ojos se deleitan con el espectáculo de los que nos preceden, que siempre sueñan con avanzar, conseguir un objetivo.

Pero si miramos hacia atrás vemos una fila interminable e inacabada de gentes que llevan acuestas una serie de dolores no solucionados que nos lleva al terror más absoluto, son personas que en su momento tuvieron un problema y se demoró su solución, un desacierto de los medios para su curación, o cualquier circunstancia adversa que los mantuvo en esa situación de dependencia del dolor.

Mirar hacia atrás es negativo, porque lejos de solucionar nada, vemos el tortuoso camino que se nos presenta con las muchas alternativas, todas malas, y las consecuencias, todas posibles para que lleguemos a esas situaciones de dolor.

Tenemos que mantener la vista retrospectiva lo más lejos posible de esa realidad, no debemos recrearnos en imaginar lo que sería de nosotros en el caso de entrar en ese mundo, y mirar con fuerza a los que están en un escalón adelante y quizá con un poco de fe en la vida, y en su destino, han sabido superponer a la realidad su deseo de una vida mejor.

No podemos sentarnos a esperar mejores tiempos sin hacer nada positivo, sin intentar pensar en que sin duda hay algo mejor en nuestra vida, tenemos problemas, si, pero mirando hacia el amanecer veremos salir el sol, veremos que las nubes que nos ensombrecen el ánimo parecen evaporarse al ver la luz, y que una mañana clara merece más disfrutarla que sufrir nuestros horrores.

Hay que ver la vida como esos paisajes lejanos de los que no se discierne el horizonte y pensar que en esas hondonadas, puede haber un manantial de aguas claras, o en ese desierto que apenas vemos puede haber, un amanecer glorioso, o en aquellas cumbres atrapadas por la niebla podemos encontrar ese ramo de flores mágico que nos hace pensar que en el espacio puede sentirse el amor por lo pequeño.

En el caleidoscopio de nuestra vida encontraremos momentos maravillosos, que podemos disfrutar, y momentos de añoranza que nos hacen sentir el dulce pesar de que pasaron, o aquel sentimiento noble que en algún momento sentimos, también el atardecer de ese día lejano en que sentimos por primera vez el amor.

Quizá aquel amigo que fue para nosotros un hermano, que nos ofreció su dedicación, y que lo sabemos perdido porque el mundo da muchas vueltas y no siempre en nuestra dirección, pero esa pérdida, fue uno de los dolores que ahora nos ofrece envueltos en la neblina de la añoranza.

Quizá los dioses no nos tienen reservado de momento un lugar a su lado sino solamente su mano para dirigirnos a mejores lares.

Hoy quizá habrá llegado, o esperamos que llegue, de todas formas la esperanza es un punto de espera, lejano pero teñido de los colores del ArcoIris, es un pensamiento que llena nuestra gloria.