DIAS GLORIOSOS

Si el sol de la mañana es resplandeciente, y nuestro animo está presto a valorar lo positivo que nos da el alba, entonces decimos que ha amanecido un día glorioso, y es un día glorioso porque el mundo con todas sus sorpresas a veces nos regala la grandeza de una mañana radiante.

Entonces el alma se empapa de luz, y los ojos de sombras dulces, y solo esto nos llena de dorada alegría, que renueva nuestras ansias de felicidad.

Vamos a andar, aunque sea despacio, no importa que nuestro andar sea lento, que el dolor aceche nuestros pasos, solo andando podremos apreciar que sol brilla en los árboles, que la tierra se hace suave a nuestros pasos, que nuestro cuerpo sacude las telarañas del invierno y nos invita a correr por los campos, a saltar los arroyos, y a tomar con las manos la esperanza de que en algún sitio estén nuestras fuerzas retenidas.

Y andando, andando, buscamos la felicidad que nos resta, la paz de los campos y el fragante suspiro de los árboles, importa que en alas de nuestro deseo, el mundo ande más a nuestro ritmo, y que nos permita asimilar nuestras deficiencias.

Y es un día glorioso cuando nuestra sombra es larga, nuestro paso corto se convierte en motor de nuestra fantasía, y corremos a través de los campos, y volamos en las ondas del viento, y en nuestro vuelo vemos como el mundo se desarrolla con su quietud.

Y es un día glorioso cuando el sol nace entre luces, el día calienta nuestros huesos y se oculta en el llano con una aurora de rayos cortados por la noche que se anuncia, días gloriosos hay muchos, tantos como niños nacen y se asoman al mundo, ya con los ojos abiertos deseando desde el primer día de su llegada contemplar y reservarse un lugar en el universo que les promete de entrada toda la gloria de la existencia.

Y también es un día glorioso, cuando un anciano, merced a su afán de mirar hacia adentro, descubre que en su vida, hay mas floren blancas de bien, que negras de infelicidad, y cuando ve a sus nietos como ramas verdes retoñeciendo en hojas llenas de ardor.

Y es un día glorioso cuando miro hacia atrás y veo que no soy el último, que hay más gente en esa larga fila esperando que su tiempo, antes largo, ahora a la vista, responda a sus expectativas más soñadas.

Y HAY TANTOS DÍAS GLORIOSOS QUE MERECE LA PENA SEGUIR SUS PASOS