EL FUTURO DE NUESTRO TIEMPO

A la gente mayor el porvenir se nos estrecha, esto no es lamentable, ya hemos vivido una vida, ya algunos, y yo me encuentro entre los afortunados, han tenido la oportunidad de haber saboreado el placer de tener hijos, que les han dado la esencia del cariño, han tenido el sentimiento de haber llenado su vida de buenos recuerdos, y han llegado al paso de los años en que el disfrute solo alcanza a lo que tenemos enfrente, mañana a lo mejor nos vienen los males.

Se nos encoge la vida, si, pero al tener menos tiempo, lo disfrutamos con mayor selección, y aumenta la intensidad del goce, porque no tenemos una preocupación por el futuro que nos frene, nuestro futuro es hoy, y lo gozamos plenamente, nuestro pasado es amplio y generoso en buenos momentos, y algunos malos, de los buenos podemos disfrutar, de los malos, pues... vamos a poner un velo que los suavice.

Si el horizonte se nos acerca, vemos las imágenes más nítidas, pero nuestra pasada experiencia nos dice que lo que vemos puede estar modificado por circunstancias debidas a nuestra edad, que nos pueden falsear los datos.

El tiempo, nuestro tiempo, lo que nos queda, es menor, pero sin embargo el ritmo de nuestra vida es más lento, lo que nos permite hacer nuestras reflexiones más meditadas, y disfrutar de los momentos de nuestra vida con el paladar entrenado de un gourmet, esto que a simple vista parece ser minimamente importante, hace que veamos la vida con otro espíritu más amplio, donde caben desde los sabores intensos a las exquisiteces de los buenos momentos.

El pasado, el presente y el futuro, definen nuestra vida como tres saltos que representan el reflejo de nuestros actos, según la media de estos tiempos así será nuestra vida, y el reflejo de nuestra actitud frente a ella será la marca de nuestra general calidad de vivir.

Vemos el mundo que nos rodea con otros ojos, pero eso nos permite otra perspectiva, la de los recuerdos y la experiencia vivida, los matices de nuestro entorno se difuminan de algún modo, pero la compañía de nuestro pasado nos da una visión más vívida, los detalles de los primeros planos se desdibujan pero vemos el fondo con detalles que no hemos podido precisar por el interés inmediato que nos exija la vida en marcha a una velocidad del momento presente.

Lo que ahora apreciamos es una distinta perspectiva que lleva integrada nuestra voluntad de saborear mejor los momentos más pequeños que de insignificantes antes, se han tornado más sutiles.

Vemos un pasado, que antes al ser presente y con las prisas de nuestra actividad desenfocábamos nuestra apreciación, y que ahora nos proporciona una nueva forma de ver
El tiempo pasa hacia adelante pero mira hacia atrás