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09 marzo 2007

OCEANOGRAFIC


La vida empezó en el mar

Hola cariño.
Decir que el mar está lleno de peces y el cielo de estrellas, es tan obvio que rehusamos hablar de ello, pero hace tres semanas que estuve en Valencia, en El Oceanografic, entonces pude ver el Mar, mejor, entrar en el Océano más increíble, allí estaba la fauna marina, que para los de “tierra adentro” eran, no se si miles o más que miles, pero si que es la mayor colección de peces de todas las infinitas variedades.

Desde enormes bancos de peces iguales, que se desplazan juntos, nadan al mismo tiempo, se paran a la vez, cambian de rumbo en un instante, como si una orden transmitida desde un cerebro rector, a todos los componentes de ese ejercito animal se lo indicara, toman la nueva dirección como si fuera una enorme y colorida pieza de tela, sin un tropiezo, sin una duda, así van recorriendo su limitado océano, fabuloso, una visión sorprendente.

Una pareja de Rayas enormes, se movían como un suspiro blanco, y luego situadas en posición vertical, nos mostraban sus caras de ángeles traviesos simulando un ballet asombroso y casi irreal.

Mezcladas con los demás habitantes, un grupo de tortugas, en tierra pesadas y terrosas, aquí verdes multicolor y serenas como grandes rocas en movimiento, pensando sus grandes ideas, simbiosis de piedra y vida.

Otros eran peces-ala, mejor llamarlos alas-pez, disfrutando al eterno baile de las olas, junto a enormes medusas, flotando majestuosas, como pensamientos serenos en una quietud apaciguada.

Aterradores tiburones, grandes, navegando indiferentes buscando una imaginaria presa, acercando su figura insidiosa a las caras de la gente, provocando el pavor y el sobresalto.

El entorno conseguido es realista, entrar en el acuario es como entrar en una catedral submarina, con su luz tamizada por el agua, el silencio, el nadar confiado de innumerables especies marinas, que se sienten en un ambiente casi mágico, y la luz, con zonas oscuras, rincones misteriosos y a lo lejos vislumbrándose zonas de luz azulada brillante, que dan profundidad al paisaje.

Es sumergirse en un mundo desconocido y a la vez cercano, que recrea la profundidad del océano y la convierte en realidad vívida.

Es un mundo nuevo recreado con cariño y sensibilidad
Hijo vale la pena verlo.

Un abrazo.

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