CONTRALUCES

Al SALIR EL SOL LA IMAGINACIÓN NOS HACE GUIÑOS

A veces sorprende la calidad mental de ciertos entes, no digo personas, porque sería demasiado obvio al observarlas, pero... parecen verse como seres deformados por un filtro mental, al estilo de las que se producen en las fotografías por las herramientas de retoque fotográfico.

Cuando estoy sentado al sol en un banco de un jardín, absorbiendo la esencia vital de nuestra bombilla celeste, como los lagartos en las siestas de verano. Entre cabezada y tal, alcanzo a ver un personaje que parece salido de una película súper modernista, es un tipo alto, greñudo, con la cara llena de algo que parecen granos, pero no estoy seguro, si lo son o parecen manchas de la piel.

Lleva una especie de abrigo raído, su porte es extraño, salido de un cuadro de Goya, de esas litografías trágicas, de brujas y aquelarre, es alto, pero va encorvado un poco, va sucio, pero su mirada no lleva traza de humildad, solo desdén, pero al contraste del sol que lo ilumina por la espalda, su cara renegrida, y sus manos delgadas, sarmentosas tienen calidad de brujo.

Le he visto dos veces, y su aspecto no ha cambiado de una a otra, sigue siendo siniestro, me recuerda en algo a un personaje de Carlos Dickens, y casi espero que una vez se dirija a mí y me hable, no sé que, pero me asusta, pensar que me tienda la mano, y por ella se introduzca en mi cabeza, y me inunde con sus pensamientos inimaginables.

Su melena larga, rizada, y lóbrega, parece esperar un viento helado, que la convierta en unas alas tendidas al cielo, cabalgando las nubes que se acunan en la inmensidad del espanto, allí el espíritu de los cierzos helados, y las alas de la niebla le convertirán en pájaro siniestro, al acecho de las ideas blancas de los espíritus terrestres sin mancha.

Sé que un día, cuando el tiempo esté al terminar y antes de la despedida de los hombres, grabará sus pensamientos robados, y creará un libro mágico, que listará los pensamientos malvados de los hombres, y lo arrojará en un abismo en llamas que los consumirá sin cenizas.

De esta forma cuando el mundo se regenere de nuevo, con nuevos hombres, ya no serán malvados por deseo, solo cometerán pequeños errores fácilmente disculpables por los dioses, y su vida eterna será como una cinta que vagará por el universo recreando de nuevo una vida sin demonios personales, ni malvados profesionales.

Cuando el "Gran Bang” sonó y apareció el Universo, seguro que no había montañas que repitieran su eco, y los juzgadores no tuvieron tiempo de apreciar su inmensidad, ni le dieron recursos suficientes para derivar hombres completos, ni mentes claras, la próxima vez se corregirán los errores