EMILIA

Te hemos conocido, y ya eras buena, te has ido y nos has dejado un ejemplo claro de como hemos de ser, y en eso somos dichosos.

Fuiste una buena persona, pero eso no es suficiente para recordarte, fuiste una amiga, pero eso tampoco te define, para nosotros has sido una hermana, mas tu maravillosa dulzura, nos contagió, y comprendimos que eras tan especial, que fue una enorme fortuna convivir contigo de cerca.

Un soplo de ternura, pasó por nuestro lado, y fue un soplo, porque nos duró poco, pasaste por nuestra vida mostrándonos lo que es la cara amable y dulce de este mundo, pero te has ido, y deseamos que tu destino sea tu descanso, y que tu dios sea tan benévolo contigo, como te mereciste.

Mi homenaje hacia ti, son estas líneas que solo expresan una pequeña parte de tu dulzura, y deseo que quien lo lea, aunque no haya tenido la fortuna de conocerte, crea en mi mensaje.

Eres, porque estás viva
sencilla en tu dulzura,
amable en tu presencia,
amiga en tu paciencia,
y rica en tu ternura.

Si creyera en altares
que fueran de verdad
en tu regazo habría,
el más sencillo y puro
porque fuiste bondad.